Crianza, Reserva y Gran Reserva: ¿Qué Significan Estos Términos en los Vinos?

¡Bienvenido a Glosario Gastronómico! En nuestra web encontrarás toda la información que necesitas sobre ingredientes, técnicas culinarias y términos específicos relacionados con la cocina de diferentes culturas y países. Hoy queremos hablarte sobre un tema que seguro te interesa: "Crianza, Reserva y Gran Reserva: ¿Qué Significan Estos Términos en los Vinos?". En este artículo te explicaremos en detalle cada uno de estos términos y te daremos una comparación entre ellos. ¡No te lo pierdas y sigue leyendo para convertirte en un experto en vinos!

Introducción

Bienvenidos al Glosario Gastronómico, donde encontrarás información detallada sobre ingredientes, técnicas culinarias y términos específicos relacionados con la cocina de diversas culturas y países. En esta ocasión, nos adentraremos en el fascinante mundo de los vinos y analizaremos los términos "Crianza", "Reserva" y "Gran Reserva". Si eres un amante del vino o simplemente estás interesado en aprender más sobre este apasionante tema, ¡has llegado al lugar indicado!

¿Qué es la crianza en los vinos?

La crianza en los vinos es un proceso fundamental que tiene lugar después de la fermentación y antes de que el vino esté listo para ser consumido. Durante esta etapa, el vino se somete a un periodo de envejecimiento en barricas de roble, lo que le confiere características únicas. La duración de la crianza puede variar dependiendo de la denominación de origen y del tipo de vino. En general, los vinos que han pasado por una crianza tienen una mayor complejidad aromática y una estructura más equilibrada.

Es importante destacar que la crianza en los vinos puede ser realizada tanto en barricas de roble nuevas como en barricas de roble usadas. Cada tipo de barrica aporta diferentes características al vino, como notas de vainilla, especias o tostado. Además, durante la crianza, el vino tiene la oportunidad de oxigenarse lentamente, lo que contribuye a su evolución y desarrollo de sabores.

Un ejemplo concreto de un vino que ha pasado por crianza es el Rioja Reserva, originario de la región de La Rioja, en España. Este vino se caracteriza por su elegancia y suave textura, así como por sus notas de frutas maduras y especias. Su crianza mínima en barrica es de 12 meses, lo que le otorga una mayor complejidad y longevidad.

¿Qué es la reserva en los vinos?

La categoría de "Reserva" en los vinos es un término utilizado para indicar que un vino ha pasado por un periodo de envejecimiento más prolongado que el vino estándar. En la mayoría de las denominaciones de origen, la reserva implica una crianza mínima en barrica y en botella antes de salir al mercado. Este tiempo adicional de envejecimiento permite que el vino desarrolle más complejidad y una mayor suavidad en boca.

La duración de la crianza en barrica y en botella para que un vino sea considerado como reserva varía según la normativa de cada región vinícola. Por ejemplo, en España, un vino tinto reserva debe haber pasado al menos 36 meses en total de crianza, de los cuales 12 meses deben ser en barrica de roble.

Un ejemplo de un vino reserva reconocido internacionalmente es el Barolo, originario de la región de Piemonte, en Italia. Este vino tinto se elabora con la variedad de uva Nebbiolo y se caracteriza por su estructura tánica y su intensidad aromática. Su crianza en barrica y en botella durante al menos 38 meses le confiere un carácter elegante y complejo.

¿Qué es la gran reserva en los vinos?

La categoría de "Gran Reserva" en los vinos es el nivel más alto de envejecimiento y calidad dentro de una denominación de origen. Los vinos gran reserva se caracterizan por haber pasado por un periodo de crianza aún más prolongado que los vinos reserva. Esta categoría está reservada para los vinos de mayor complejidad, estructura y longevidad.

En la mayoría de los casos, los vinos gran reserva requieren una crianza mínima en barrica y en botella aún más larga que los vinos reserva. Por ejemplo, en España, un vino tinto gran reserva debe haber pasado al menos 60 meses en total de crianza, de los cuales 24 meses deben ser en barrica de roble.

Un ejemplo emblemático de un vino gran reserva es el Château Margaux, un vino tinto de la región de Burdeos, en Francia. Este vino se elabora con la variedad de uva Cabernet Sauvignon y se caracteriza por su elegancia, complejidad y longevidad. Su crianza en barrica y en botella durante al menos 60 meses le confiere una estructura refinada y una amplia gama de sabores.

La crianza, reserva y gran reserva son términos utilizados en el mundo del vino para indicar distintos niveles de envejecimiento y calidad. Cada uno de estos términos implica un proceso específico que contribuye a la evolución y desarrollo de sabores en el vino. Ahora que conoces más sobre estos conceptos, ¡estás listo para explorar y disfrutar de la amplia variedad de vinos disponibles!

Crianza

Definición de crianza en los vinos

En el mundo de la enología, la crianza es el proceso de maduración y envejecimiento del vino después de la fermentación. Durante este período, el vino se guarda en barricas de roble o en botellas, donde desarrolla sus características y adquiere aromas y sabores distintivos. La crianza es una etapa crucial en la elaboración del vino, ya que determina su calidad y complejidad.

La duración de la crianza varía dependiendo del tipo de vino y las regulaciones establecidas por cada región vitivinícola. En general, los vinos de crianza suelen permanecer en barricas de roble durante un período mínimo de tiempo, que puede ser de meses o incluso años. Durante este tiempo, el vino se somete a cambios químicos y físicos que le confieren nuevas características y lo hacen más suave y complejo.

Es importante destacar que la crianza no solo se refiere al tiempo de maduración, sino también al ambiente en el que se lleva a cabo. La temperatura, la humedad y la luz son factores clave que pueden influir en el proceso de crianza y en las cualidades finales del vino.

Tipos de crianza

Existen diferentes tipos de crianza en función del tiempo y las condiciones en las que el vino se guarda. Algunos de los más comunes son:

• Crianza: Es el nivel más básico de crianza y requiere un tiempo mínimo de maduración en barrica, que suele ser de al menos seis meses. Este tipo de crianza aporta al vino una mayor suavidad y elegancia.
• Reserva: Los vinos de reserva han sido sometidos a un período de crianza más largo, generalmente de al menos un año en barrica y un tiempo adicional en botella. Estos vinos son más complejos y tienen una mayor capacidad de envejecimiento.
• Gran Reserva: Es el nivel más alto de crianza y requiere un tiempo mínimo de dos años en barrica y un período adicional en botella. Los vinos de gran reserva son los más refinados y elegantes, con una gran capacidad de envejecimiento y una complejidad excepcional.

Características de los vinos de crianza

Los vinos de crianza se caracterizan por su mayor suavidad, complejidad y equilibrio. Durante el proceso de maduración, el vino desarrolla aromas y sabores más intensos, así como una textura más suave y redonda en boca. Los taninos, que son los compuestos que aportan estructura y astringencia al vino, se suavizan durante la crianza, lo que contribuye a su mayor elegancia.

Además, los vinos de crianza suelen adquirir notas de vainilla, especias y tostado provenientes de las barricas de roble en las que se guardan. Estos sabores complementan y realzan los sabores frutales y los matices terrosos propios del vino, creando una complejidad aromática muy apreciada.

La crianza en los vinos es un proceso fundamental que confiere al vino sus características distintivas y su calidad. Los diferentes niveles de crianza, como crianza, reserva y gran reserva, representan distintos grados de complejidad y envejecimiento, permitiendo a los amantes del vino disfrutar de una amplia variedad de sabores y aromas.

Ejemplos de vinos de crianza

Los vinos de crianza son conocidos por su calidad y sabor distintivo. A continuación, te presentamos algunos ejemplos de vinos que se clasifican como crianza:

• Rioja Crianza: Este vino tinto español es elaborado principalmente con la uva Tempranillo y se somete a un proceso de crianza en barricas de roble durante al menos 2 años, con un mínimo de 1 año en botella. El resultado es un vino con notas de frutas rojas, especias y toques de vainilla.
• Ribera del Duero Crianza: Originario de la región de Ribera del Duero en España, este vino tinto se elabora principalmente con la uva Tinta del País (Tempranillo). Pasa por un proceso de crianza en barricas de roble durante al menos 1 año, seguido de un mínimo de 1 año en botella. Se caracteriza por su estructura robusta, notas de frutas maduras y taninos suaves.
• Chianti Classico Riserva: Proveniente de la región de la Toscana en Italia, este vino tinto es elaborado principalmente con la uva Sangiovese. Pasa por un proceso de crianza en barricas de roble durante al menos 2 años, seguido de un mínimo de 3 meses en botella. Se destaca por su acidez equilibrada, notas de cerezas y especias, y un final largo y elegante.

Estos ejemplos representan solo una pequeña muestra de los vinos de crianza disponibles en el mercado. Cada región y país tiene sus propias variedades y estilos de vinos de crianza, lo que hace que la experiencia de degustarlos sea aún más fascinante.

Reserva

Definición de reserva en los vinos

En el contexto de la industria vitivinícola, el término "reserva" se utiliza para referirse a un tipo de vino que ha pasado por un proceso de envejecimiento prolongado antes de ser comercializado. Estos vinos se caracterizan por tener una mayor complejidad aromática y una estructura más equilibrada, lo que los hace más apreciados por los amantes del vino.

La denominación "reserva" varía dependiendo del país y de las regulaciones específicas de cada región vinícola. En general, se establece un período mínimo de crianza en barricas de roble y/o en botella antes de que un vino pueda ser considerado como reserva. Estos tiempos de crianza pueden variar desde unos pocos meses hasta varios años, dependiendo de las normativas establecidas en cada lugar.

Es importante destacar que el término "reserva" no indica necesariamente la calidad del vino, sino más bien el estilo y la forma en que ha sido elaborado. Muchos productores de vino utilizan este término para distinguir sus productos de gama alta, pero la calidad final del vino dependerá de múltiples factores, como la uva utilizada, el manejo en la bodega y las condiciones climáticas del año de cosecha.

Requisitos para ser considerado un vino de reserva

Los requisitos para que un vino sea considerado como reserva pueden variar según la región, pero en general se establecen algunos parámetros comunes. Uno de los requisitos más comunes es el tiempo mínimo de crianza en barricas de roble antes de ser embotellado. Por ejemplo, en España, un vino tinto reserva debe haber pasado al menos 3 años de crianza, con un mínimo de 12 meses en barrica, mientras que un vino blanco reserva requiere al menos 2 años de crianza, con un mínimo de 6 meses en barrica.

Otro requisito común es el tiempo mínimo de envejecimiento en botella antes de que el vino pueda ser comercializado como reserva. En muchos casos, este período varía desde unos pocos meses hasta varios años, dependiendo del estilo de vino y de las regulaciones establecidas en cada región.

Además de los requisitos de tiempo, también se pueden establecer otros criterios para la clasificación de un vino como reserva, como el porcentaje de alcohol, el pH y la acidez del vino. Estos criterios pueden variar según la región y las normativas específicas de cada país.

Características de los vinos de reserva

Los vinos de reserva suelen tener características distintivas que los diferencian de otros tipos de vinos. Debido a su prolongado tiempo de crianza, estos vinos tienden a tener una mayor complejidad aromática, con notas de frutas maduras, especias, madera y otros aromas secundarios y terciarios.

En cuanto al sabor, los vinos de reserva suelen ser más suaves y equilibrados, con una mayor integración de los taninos y una acidez más equilibrada. Esto se debe a que durante el proceso de crianza, el vino se va suavizando y desarrollando una mayor armonía entre sus componentes.

En general, los vinos de reserva suelen ser más adecuados para el maridaje con comidas más elaboradas y platos de sabores intensos, ya que su complejidad y estructura pueden complementar y realzar los sabores de los alimentos. Sin embargo, esto no significa que no se puedan disfrutar por sí solos, ya que muchos amantes del vino los aprecian por su carácter único y su capacidad de evolución en la copa.

Ejemplos de vinos de reserva

Los vinos de reserva son altamente valorados por los amantes del vino debido a su calidad y carácter distintivo. Estos vinos suelen pasar por un período de envejecimiento más largo en barricas de roble y en botella, lo que les otorga una mayor complejidad y profundidad de sabores.

En el caso de los vinos tintos, algunos ejemplos de vinos de reserva son:

• Rioja Gran Reserva: El Rioja Gran Reserva es un vino icónico de España. Estos vinos son elaborados con uvas Tempranillo y se someten a un envejecimiento mínimo de 5 años, con al menos 2 años en barricas de roble.
• Brunello di Montalcino: Originario de la región de Toscana en Italia, el Brunello di Montalcino es un vino de reserva que se produce exclusivamente con la variedad de uva Sangiovese. Estos vinos deben envejecer durante al menos 5 años, con un mínimo de 2 años en barricas de roble.
• Châteauneuf-du-Pape: Proveniente del valle del Ródano en Francia, el Châteauneuf-du-Pape es un vino tinto de reserva que se elabora principalmente con las variedades de uva Garnacha, Syrah y Mourvèdre. Estos vinos deben envejecer durante al menos 3 años, con un mínimo de 1 año en barricas de roble.

En cuanto a los vinos blancos, algunos ejemplos de vinos de reserva son:

• Rías Baixas Albariño: Originario de la región de Rías Baixas en Galicia, España, el Albariño es un vino blanco de reserva que se caracteriza por su frescura y notas frutales. Estos vinos deben envejecer durante al menos 3 años, con un mínimo de 6 meses en barricas de roble.
• Chardonnay de Borgoña: Producido en la región de Borgoña en Francia, el Chardonnay de Borgoña es un vino blanco de reserva que se destaca por su elegancia y complejidad. Estos vinos deben envejecer durante al menos 3 años, con un mínimo de 18 meses en barricas de roble.
• Rheingau Riesling: Originario de la región de Rheingau en Alemania, el Riesling es un vino blanco de reserva que se caracteriza por su acidez equilibrada y notas cítricas. Estos vinos deben envejecer durante al menos 3 años, con un mínimo de 6 meses en barricas de roble.

Estos son solo algunos ejemplos de vinos de reserva, pero existen muchas otras variedades y regiones que producen vinos de alta calidad con este distintivo. Sin duda, los vinos de reserva son una excelente opción para aquellos que buscan disfrutar de la complejidad y refinamiento que el envejecimiento aporta a una botella de vino.

Los vinos de reserva son altamente valorados por su calidad y carácter distintivo.

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Gran Reserva

En el mundo del vino, el término "Gran Reserva" se utiliza para referirse a un vino de alta calidad y prestigio. Este término se aplica principalmente a vinos tintos, aunque también puede encontrarse en vinos blancos y espumosos. Los vinos de Gran Reserva son conocidos por su excepcional sabor y su capacidad para envejecer durante largos periodos de tiempo.

Para ser considerado un vino de Gran Reserva, existen requisitos específicos que deben cumplirse. En primer lugar, el vino debe haber pasado por un proceso de crianza y envejecimiento más prolongado que otros vinos. En España, por ejemplo, los vinos tintos de Gran Reserva deben haber sido envejecidos durante al menos cinco años, de los cuales, al menos dos años deben ser en barricas de roble.

Las características de los vinos de Gran Reserva son notables y distintivas. Estos vinos suelen tener un color intenso y profundo, con tonalidades que varían según la variedad de uva utilizada. En cuanto a su aroma y sabor, suelen ser complejos y elegantes, con notas de frutas maduras, especias y madera. Además, los vinos de Gran Reserva suelen tener una buena estructura y una acidez equilibrada, lo que les confiere una gran capacidad de guarda.

Reserva

El término "Reserva" en el mundo del vino se utiliza para denominar a aquellos vinos que han sido sometidos a un proceso de crianza y envejecimiento más prolongado que los vinos jóvenes. Esta categoría de vinos se encuentra justo por debajo de los vinos de Gran Reserva en términos de calidad y tiempo de envejecimiento.

Los requisitos para ser considerado un vino de Reserva varían según la región y la denominación de origen. En general, los vinos tintos de Reserva deben haber sido envejecidos durante al menos tres años, de los cuales, al menos un año debe ser en barricas de roble. En el caso de los vinos blancos y rosados, el tiempo de envejecimiento suele ser menor.

Los vinos de Reserva se caracterizan por su mayor complejidad y estructura en comparación con los vinos jóvenes. Suelen tener aromas más intensos y una mayor concentración de sabores. En boca, estos vinos suelen ser más suaves y redondos, con una acidez equilibrada y taninos más maduros.

Crianza

El término "Crianza" se utiliza para referirse a aquellos vinos que han pasado por un proceso de envejecimiento en barricas de roble y en botella antes de ser comercializados. Esta etapa de crianza permite que los vinos desarrollen nuevas características y mejoren su calidad.

Los requisitos para ser considerado un vino de Crianza varían según la región y la denominación de origen. En general, los vinos tintos de Crianza deben haber sido envejecidos durante al menos dos años, de los cuales, al menos seis meses deben ser en barricas de roble. En el caso de los vinos blancos y rosados, el tiempo de envejecimiento suele ser menor.

Los vinos de Crianza suelen tener un color más intenso y un mayor equilibrio entre fruta, madera y otros sabores. En nariz, estos vinos suelen presentar aromas complejos, con notas de frutas maduras, especias y vainilla. En boca, suelen ser vinos más estructurados, con una acidez equilibrada y taninos suaves.

Ejemplos de vinos de gran reserva

Los vinos de gran reserva son considerados como la máxima expresión de calidad y excelencia en el mundo del vino. Estos vinos suelen ser producidos en cosechas excepcionales y se someten a un largo proceso de envejecimiento tanto en barricas de roble como en botella.

Algunos ejemplos de vinos de gran reserva reconocidos a nivel mundial son:

• Château Margaux: Este prestigioso vino de la región de Burdeos, Francia, es conocido por su elegancia y finura. El Château Margaux gran reserva se caracteriza por su intensidad aromática, notas de frutas negras y especias, y una estructura equilibrada.
• Vega Sicilia Único: Producido en la región de Ribera del Duero, España, el Vega Sicilia Único es un vino legendario con una larga tradición. Con una crianza de al menos diez años, este vino muestra una complejidad única, con aromas a frutas maduras, cuero y especias.
• Sassicaia: Originario de la región de Toscana, Italia, el Sassicaia es considerado uno de los mejores vinos italianos. Con una crianza de al menos cinco años, este vino destaca por su elegancia, estructura y notas de frutas negras, tabaco y cedro.

Estos son solo algunos ejemplos de los vinos de gran reserva más reconocidos, pero existen muchas otras bodegas y regiones que producen vinos excepcionales bajo esta categoría. Los vinos de gran reserva suelen ser apreciados por los amantes del vino y son ideales para ocasiones especiales y maridajes con platos elaborados.

Los vinos de gran reserva son considerados como la máxima expresión de calidad y excelencia en el mundo del vino.

Crianza, Reserva y Gran Reserva: ¿Qué Significan Estos Términos en los Vinos?

Comparación entre crianza, reserva y gran reserva

Diferencias en el proceso de elaboración

La crianza, reserva y gran reserva son términos que se utilizan para clasificar los vinos en función de su tiempo de envejecimiento y características organolépticas. Sin embargo, también existen diferencias en el proceso de elaboración que influyen en estas clasificaciones.

En el caso de los vinos de crianza, el tiempo de envejecimiento en barricas de roble es de al menos 6 meses para los vinos tintos y 12 meses para los vinos blancos. Durante este período, los vinos adquieren aromas y sabores provenientes de la madera, lo que les confiere mayor complejidad y estructura.

Por otro lado, los vinos de reserva deben pasar un período de envejecimiento más largo, de al menos 12 meses para los tintos y 6 meses para los blancos. Además, deben ser envejecidos en barricas de roble durante al menos 12 meses. Este tiempo adicional de envejecimiento permite que los vinos desarrollen aún más su carácter y complejidad.

En el caso de los vinos de gran reserva, el tiempo de envejecimiento es aún más prolongado. Los vinos tintos deben ser envejecidos en barricas de roble durante al menos 24 meses, seguido de un período adicional de envejecimiento en botella de al menos 36 meses. Para los vinos blancos, el tiempo de envejecimiento en barricas de roble es de al menos 6 meses, seguido de un período en botella de al menos 48 meses. Este proceso de envejecimiento prolongado permite que los vinos alcancen su máximo potencial y desarrollen una gran complejidad aromática y gustativa.

Diferencias en el tiempo de envejecimiento

Una de las principales diferencias entre los vinos de crianza, reserva y gran reserva radica en el tiempo de envejecimiento que deben cumplir para ser etiquetados con estas denominaciones.

Los vinos de crianza deben ser envejecidos durante un período mínimo de tiempo establecido por la legislación de cada país productor. En España, por ejemplo, los vinos tintos de crianza deben ser envejecidos durante al menos 24 meses, de los cuales al menos 6 meses deben ser en barricas de roble. Los vinos blancos de crianza deben ser envejecidos durante al menos 18 meses, de los cuales al menos 6 meses deben ser en barricas de roble.

En el caso de los vinos de reserva, el tiempo de envejecimiento es aún más prolongado. En España, los vinos tintos de reserva deben ser envejecidos durante al menos 36 meses, de los cuales al menos 12 meses deben ser en barricas de roble. Los vinos blancos de reserva deben ser envejecidos durante al menos 24 meses, de los cuales al menos 6 meses deben ser en barricas de roble.

Finalmente, los vinos de gran reserva son los que requieren el mayor tiempo de envejecimiento. En España, los vinos tintos de gran reserva deben ser envejecidos durante al menos 60 meses, de los cuales al menos 18 meses deben ser en barricas de roble. Los vinos blancos de gran reserva deben ser envejecidos durante al menos 48 meses, de los cuales al menos 6 meses deben ser en barricas de roble.

Diferencias en las características organolépticas

Además del tiempo de envejecimiento, otra diferencia importante entre los vinos de crianza, reserva y gran reserva radica en sus características organolépticas.

Los vinos de crianza suelen tener una intensidad aromática y gustativa media, con notas de frutas maduras y especias provenientes de la crianza en barrica. Presentan un equilibrio entre acidez, taninos y alcohol, lo que los hace agradables al paladar y fáciles de beber.

Los vinos de reserva, por su parte, son más complejos y estructurados. Presentan una mayor concentración de aromas y sabores, con una mayor presencia de notas de crianza en barrica. La acidez, los taninos y el alcohol están más integrados, lo que proporciona una sensación más redonda y equilibrada en boca.

Por último, los vinos de gran reserva son los más complejos y elegantes. Presentan una gran concentración de aromas y sabores, con notas de frutas maduras, especias y maderas finas. La acidez, los taninos y el alcohol están perfectamente integrados, lo que les confiere una gran armonía y equilibrio. Son vinos de gran personalidad y larga persistencia en boca.

Preguntas frecuentes

1. ¿Qué significa el término "Crianza" en los vinos?

La crianza en los vinos se refiere al periodo de tiempo que el vino pasa en barricas de roble antes de ser embotellado.

2. ¿Cuál es el significado de "Reserva" en los vinos?

El término "Reserva" indica que el vino ha pasado un periodo de envejecimiento más largo, tanto en barricas como en botella, antes de ser comercializado.

3. ¿Qué diferencia hay entre "Crianza" y "Reserva" en los vinos?

La principal diferencia es el tiempo de envejecimiento, siendo el "Reserva" más prolongado que la "Crianza".

4. ¿Qué significa "Gran Reserva" en los vinos?

El término "Gran Reserva" se utiliza para vinos que han tenido un envejecimiento aún más prolongado, tanto en barricas como en botella, y suelen ser de mayor calidad y precio.

5. ¿Cuánto tiempo debe tener un vino para ser considerado "Crianza", "Reserva" o "Gran Reserva"?

El tiempo requerido para cada categoría varía según las regulaciones de cada país, pero en general, un vino "Crianza" debe tener al menos 1 año de envejecimiento, un vino "Reserva" al menos 3 años, y un vino "Gran Reserva" al menos 5 años.

Conclusion

Los términos "crianza", "reserva" y "gran reserva" son indicadores importantes en la clasificación de los vinos y nos brindan información valiosa sobre su calidad y características. La crianza nos habla del tiempo de envejecimiento en barricas de roble, la reserva indica un mayor tiempo de envejecimiento y la gran reserva representa la máxima expresión de calidad y longevidad.

Es fundamental comprender y apreciar estos términos al elegir un vino, ya que nos permiten tomar decisiones informadas y disfrutar de experiencias sensoriales únicas. Además, nos invitan a explorar y descubrir la diversidad y la riqueza de los vinos en el mercado.

En un mundo donde la calidad y la autenticidad son cada vez más valoradas, la crianza, reserva y gran reserva se convierten en sellos de garantía que nos aseguran que estamos adquiriendo un producto de excelencia. Estos términos nos invitan a adentrarnos en el fascinante mundo de los vinos, a experimentar nuevos sabores y a compartir momentos inolvidables con amigos y seres queridos.

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